El alabastro de Fuentes de Jiloca y su uso en la heráldica del valle del Bajo Jiloca
The alabaster of Fuentes de Jiloca and its use in the heraldry of the valley of Bajo Jiloca
José Luis Cortés Perruca1
Recibido: 12-06-2022
Aceptado: 22-07-2022
Resumen
Hubo un tiempo en el que el alabastro de las canteras de Fuentes de Jiloca fue uno de los más apreciados de Aragón. Al menos desde el siglo XV hasta principios del XIX la piedra extraída de las canteras de la localidad tuvo, en gran medida, como destino la confección de obras de arte como la portada de la colegiata de Santa María de Calatayud, la pila bautismal de San Andrés, pilas de agua bendita y laudas sepulcrales en muchas de las iglesias de la comarca, exquisitas claraboyas pintadas al óleo y, sobre todo, escudos o piedras armeras.
En este artículo se tiene la intención de inventariar los escudos nobiliarios que se conservan en los pueblos del valle del río Jiloca, escudos que en algunos casos corren peligro de desaparecer.
Palabras clave: alabastro, Fuentes de Jiloca, escudos nobiliarios.
Abstract
There was a time when the alabaster from the Fuentes de Jiloca quarries was one of the most appreciated in Aragon. At least from the 15th century to the beginning of the 19th century, the stone extracted from the local quarries was, to a large extent, destined for the making of works of art such as the façade of the collegiate church of Santa María de Calatayud, the baptismal font of San Andrés, holy water fonts and tombstones in many of the region’s churches, exquisite oil-painted skylights and, above all, shields or armor stones.
This article only intends to inventory the noble shields that are preserved in the towns of the Jiloca River valley, shields that in some cases are in danger of disappearing.
Keywords: alabaster, Fuentes de Jiloca, noble shields.
1. Fuentes de Jiloca. Reseña histórica sobre los usos del alabastro en la localidad
Fig. 1. Vista de Fuentes de Jiloca y de sus canteras de alabastro. Foto José Luis Cortés.
La ocupación humana del término municipal de Fuentes de Jiloca se remonta al Paleolítico Medio, así lo atestiguan diversos yacimientos arqueológicos localizados en la meseta que separa el valle del Jiloca y el del Perejiles y que, en la década delos años 80 del siglo XX, fueron estudiados por distintos arqueólogos (Fig. 1)2.
Esta ocupación tan temprana, según algunos autores, se debe a la abundancia de sílex3 junto con la de varios manantiales que dan nombre a la localidad: Fuentes de Jiloca, tal y como recoge Miguel Monterde y López de Aso: “Toma su nombre de las numerosas fuentes que nacen en su terreno”4. Autor que además hace una interesante aportación sobre la explotación del alabastro en las canteras de la localidad:
De sus montes yesales se cortan tablas de la extensión que se requiere para claraboyas y en el corazón de la piedra está el yeso perfectamente cristalizado o la piedra especular y también el alabastro oriental que se ha llevado a Madrid como mosaico. De estas canteras se han trabajado estatuas y otras obras…5.
Esta afirmación, realizada en 1788, queda avalada en primer lugar por los estudios sobre numerosas piezas de alabastro en localidades de la Comarca de Calatayud realizados en los últimos años por el equipo de investigación del proyecto I+D+i Arte Alabastro de Aragón (Universidad de Zaragoza y Ministerio de Economía y Competitividad, I+D+i, HAR2012-32628), dirigido por la Dra. Carmen Morte García6.
En segundo lugar, en el Archivo Municipal de Fuentes de Jiloca se conserva abundante documentación sobre la explotación de las canteras locales, sobre todo a partir del primer tercio del siglo XIX hasta nuestros días. En especial de la denominada de la Soledad, donde se dan cuatro variedades de esta piedra: blanco, champán, tabaco y bardillo en “meganódulos de yeso alabastrinos de estructura fibroso radiada con diámetros cercanos incluso a los 3 m”7.
Y en tercer lugar por la documentación custodiada en el Archivo parroquial de la localidad, en el que encontramos datos tan interesantes como el pago realizado en 1612 a “Pedro Garayta por una pila que hizo para la iglesia para el agua vendita sesenta sflos.”8 y tres años más tarde, en 1615, el mismo maestro cobró por hacer otra pila de agua bendita para la misma iglesia9.
En la actualidad se conservan dos pilas en dicha iglesia que bien pudieran ser las realizadas por Pedro Garayta (Figs. 2 y 3), quien ejecutó diversos trabajos en ese templo entre los años 1604 y 1616, tal y como consta en los registros del Archivo parroquial de la localidad.
Fig. 2. Pila de agua bendita de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, Fuentes de Jiloca. Realizada en alabastro por Pedro Garayta en 1612 y 1615. Foto José Luis Cortés Perruca.
Fig. 3. Pila bautismal de San Andrés, alabastro. Fotografía Luis M. García Vicen.
Otro ejemplo de pila, en este caso bautismal, realizada en alabastro, extraído con toda probabilidad de las canteras de Fuentes de Jiloca, es la que se conserva en la iglesia de San Andrés de Calatayud10 (Fig. 3).
Pero la obra documentada más importante realizada con alabastro, procedente de estas canteras, es la espectacular fachada de la colegiata de Santa María de Calatayud, una bella creación renacentista materializada entre 1525 y 1528 bajo la dirección de Juan de Talavera y Esteban de Obray11.
El gran tamaño de las piedras de la cantera de Fuentes de Jiloca ha hecho posible que, históricamente, se hayan podido realizar piezas de gran envergadura, como las citadas u otras como, por ejemplo, las estatuas orantes de los primeros marqueses de Ariza: Francisco de Palafox Rebolledo y Próxita de Perellós (1554-1613) y la de su mujer Lucrecia de Moncada (Fig. 4), realizadas en torno a 1620, conservadas en la actualidad en la iglesia de Santa María la Mayor de Ariza12.
Fig. 4. Estatuas funerarias orantes de los marqueses de Ariza: Francisco de Palafox Rebolledo y Lucrecia de Moncada, alabastro. Iglesia de Santa María de Ariza. Foto Luis M. García.
Fig. 5. Lauda sepulcral, alabastro, iglesia de la Asunción de Fuentes de Jiloca. Foto Luis M. García.
Fig. 6. Ventanal de alabastro pintado. Iglesia de la Asunción de Fuentes de Jiloca. Foto José Luis Cortés.
Pero el alabastro de Fuentes de Jiloca no solamente se empleó para realizar obras de gran envergadura como esculturas o pilas de agua bautismales y de agua bendita.
En la iglesia parroquial de la localidad, al igual que en otros pueblos vecinos, se conservan varias laudas sepulcrales realizadas en este material en los siglos XVII y XVIII (Fig. 5), así como un excepcional ventanal (Fig. 6), cerrado con alabastro pintado, que representa a la Virgen anunciada, en la cabecera en el lado del Evangelio, que seguramente hizo pareja con el arcángel Gabriel, desaparecido desde al menos el siglo XIX13
Los restos del cerramiento en alabastro policromado de otro ventanal que se abre a la nave del Evangelio fueron retirados para su restauración en la década de los años ochenta del siglo pasado. Este ventanal representaba a San Sebastián (Fig. 7) y, gracias a las indagaciones y gestiones realizadas por el autor de este artículo y la profesora Carmen Morte, sus restos han sido localizados, estando pendiente su traslado a Fuentes de Jiloca. Estas dos claraboyas de alabastro policromado nos hacen suponer que todos los ventanales de la iglesia estarían acabados con este tipo de decoración, realizada con toda probabilidad en torno a 1580, fecha de finalización de las obras del templo.
Fig. 7. Fragmento de un ventanal de alabastro pintado con la imagen de San Sebastián. Iglesia de la Asunción de Fuentes de Jiloca. Foto Carmen Morte.
Fuera del ámbito religioso, el empleo de este material fue muy común desde el siglo XVI al XIX, sobre todo en la elaboración de escudos o piedras armeras de los que, en varios pueblos de la ribera del Jiloca, tenemos muy buenos ejemplos.
2. Las piedras armeras de alabastro en los pueblos de la Ribera del Bajo Jiloca
Fuentes de Jiloca
En Fuentes de Jiloca, aunque se tiene constancia de que hubo al menos un total de seis escudos o piedras armeras, en la actualidad solo se conservan el de la casa consistorial y dos más, los tres realizados en alabastro en el siglo XVIII.
El primero de ellos estuvo presidiendo la fachada de la antigua casa consistorial, (Fig. 8), derribada en 1996, junto con una lauda que reza “Plaza de Isabel I”, ambas piezas están realizadas en alabastro extraído de las canteras de la localidad.
Fig. 8. Escudo de armas del Concejo de Fuentes de Jiloca, alabastro, 1817. Ayuntamiento de Fuentes de Jiloca.
Según una memoria, realizada en una fecha indeterminada entre 1986 y 1990, firmada por Manuel Sancho Rocamora que se conserva en el Archivo Municipal de Fuentes de Jiloca14, se trata de un blasón timbrado con un yelmo —algo fuera de lugar teniendo en cuenta que este elemento corresponde a una persona física— y orlado con rocallas, roleos y palmas, partido en dos cuarteles, en la diestra aparece un castillo y en la siniestra una fuente. Remata en la punta con una venera (Fig. 9).
A ambos lados del yelmo aparece la siguiente leyenda “Armas de Fuentes - De Xiloca” y al pie del escudo aparece una fecha, “año - de 1817”, con toda probabilidad fecha en que se talló y que corresponde con la construcción de este edificio que fue derribado en 1999. (Fig. 8)
La heráldica de la fuente y el castillo, al menos desde el siglo XVI, ya era utilizada por el Concejo de Fuentes de Jiloca, quedando como testimonio de ello las armas localizadas en la iglesia parroquial, concretamente en el sotabanco del retablo mayor15, las claves pinjantes, el cortaviento y en el calendario de misas que se conserva en el Archivo parroquial (Figs. 9, 10 y 11).
Figs. 9 y 10. Retablo y clave timbrados con las armas de Fuentes de Jiloca. Iglesia de la Asunción, Fuentes de Jiloca.
Fig. 11. Escudo de la familia de los Ormad de Bernabé, Piedra armera de alabastro, orla de estuco. Montón de Jiloca. Foto Luisma García, Asoc. Torre Albarrana.
El origen de la presencia del castillo en el escudo de armas de la localidad, según diversos autores, se debe a un episodio de la guerra de los Dos Pedros (1356-1369)16. Tal y como relata Miguel Martínez del Villar en 159817 el monarca castellano entró en Calatayud el 9 de agosto de 1362 y continuó el asedio a los pueblos de la ribera del Jiloca:
… [Sic.]…continuo el asedio y cruda guerra contra Paracuellos de Xiloca, Maluenda Miedes, Vililla y Morata, los quales con no menos valor se defendieron muchos meses, y al fin por los mandamientos del Rey y necesidades que Calatayud, se rindieron. Tuvo cercados muchos días los castillos de Somet, Nuevalos, y Fuentes y jamás pudo entrarlos, ni recabar de ellos se rindiesen. Porque aunque Curita (Zurita) dice lo contrario recibe notorio engaño, como consta de la cumun tradición de privilegios reales y de escripturas autenticas de aquellos tiempos, Y por estos asedios buvo notablilisimos exéplos de fidelidad, y se coserve la memoria, q merecè, me ha parecido ponerlos aqui. El Castillo y lugar de Fuetes toma este nobre de las muchas y abúndates fuetes q en el nace, Y es uno de los importantes de la Comunidad. Y así el Rey de Castilla lo deseeava mucho: y viendo q por medio de cobates, amenazas, ni alagos no podía rédillo, persuadió a dos personas de otro lugar vezino fuesen a representarles su temeridad en no rendirse, y el daño, y peligro a que se poniá, y lo mucho que ganarían, fi qual ellos entregaua aquella fuerça: no solamente habían redimido la vexación, y el peligro de la guerra, evitando la destruyció, y tala de sus haziendas; pero ain recibia muchas mercedes del Rey de Castilla. Hizieron fu embaxada y la respuesta q les dieron, fue semejante a otra q el Rey don Pelayo dio a los Arçobispos, don Orpas y Torifo prendiéndolos, y despeñándolos defde las murallas, y peñas muy altas del Castillo. No paro es efto su valor, pues auiendo llegado allí muchos Almogaraues (foldaddos del aquel tiempo) có titulo, q los embiaba el Rey para defender Castillo los acogieron en el, y eftando los del lugar defcuidados,y oyendo miffa en la Iglesia, facaron los Almogauares vnas báderas del rey de Castilla, y las plantaron en las torres del Caftillo y se apoderaron del y dela puerta: mas las mugeres, q fe hallaban presentes les refistieron varonilmente, y apellidando ellos viua Caftilla, y ellas Aragon, falieron sus maridos de la Iglefia y ropieron las puertar del Caftillo, y pelearon tal valerosamente contra contra los Almogauares, que mataron muchos, y puesieron afrentosa huyda a los demás, ganádoles las vaderas, armas y vagage, q auiá llevado y recobraro el castillo. Como aparece de un priuilegio del Infante Iuan, dado en Çaragoça en 14 de Março de 1383. Y allí nombra los q hiziero tan memorable azaña, y fon, Pedro Romero Mayor, Benedit San Daulo, Ximeno hijo de Pafcual Remiro, Pedro Romero mancebo, Domingo Bueno, Pedro Crefpo, Domingo Villela, Domingo Sinyelmo, Ximeno de Iuañes, Domingo Matheo melguifo, Francisco Gallego, Domingo Belmont y sus hijos, Garcia Romero, y Miguel Pedro Romero. De manera que para cada uno hubo feys Almogaraves, tan grande fue fu valor y valentía. Defengañado el rey por efte fueceffo levantó fu campo y asentolo fobre Nuevalos, y hallando la mifma resistencia… y a los de fuentes concedió muchos privilegios, y entre otros uno que como tan fieles pudieffen su Real Castillo, edificar y tener sus casas...
Este episodio ocurrió, según recoge Alfredo Muñoz Gutiérrez, el 18 de octubre de 1362 festividad de San Lucas Evangelista18 y por ello el escudo está timbrado con el castillo. La fuente, el segundo elemento heráldico, hace referencia al nombre del pueblo, tal y como señala Miguel Monterde y López de Aso: “Toma su nombre de las numerosas fuentes que nacen en su terreno”.
Así los escudos o las piedras armeras plasmaban los hechos notables de una villa o de una familia. Los blasones no solo aparecen en edificios oficiales, sino que son visibles en edificios particulares conocidos como casas solariegas, la vivienda principal de antiguas familias nobles. Todas las familias hidalgas poseían piedras armeras situadas en las portadas de sus casas, símbolo de su distinción social.
Las piedras armeras suelen tener, además del escudo, algunos adornos como lambrequines, tenantes o el yelmo de infanzón, el capelo o una corona nobiliaria timbrando las armas y en algunos casos el lema de la familia.
Las armas que identifican a un pueblo, como Fuentes de Jiloca, han perdurado inmutables desde hace siglos, pero sin embargo los escudos de las familias nobiliarias fueron modificándose con el paso del tiempo, añadiéndose cuarteles con nuevas armas a medida que se sucedían los enlaces matrimoniales entre distintos linajes, algo muy importante para aquellos que querían demostrar la nobleza de su linaje.
Fabián Mañas19 recopiló un texto muy interesante conservado en el Archivo de Protocolos Notariales de Daroca. El 11 de enero de 1477 el notario de Daroca Lope Fierro certificó que Guillem Bernat, escudero e infanzón de Juan de Luna, señor de Villafeliche, había tomado posesión de unas casas que este señor poseía en la calle Valcaliente de la ciudad de Daroca, cerca de la cuesta de San Valero. Tras tomar posesión de la casa, recorriendo todas las habitaciones, al salir “puso una luna pintada en un escudo de papel en las puertas”. También es un buen ejemplo el lema que aparece en el escudo de armas de un palacio de una de las ramas de la familia Bernabé en el pueblo de Montón: un castillo en llamas y en lo alto un caballero con espada en la mano derecha y las llaves en la izquierda. En torno al yelmo una filacteria con la leyenda: NO SO [ I ] IDALGO MODERNO Q [ue] ME HIZO EL REY D. PE [dro] (Fig. 14).
De esta manera, en Fuentes de Jiloca tenemos ejemplos de los dos tipos de escudos de armas, las del concejo y las de varios infanzones. Hubo al menos seis, pero en la actualidad solo quedan dos. El primero, con las amas de la familia Gutiérrez de Bernabé (Fig. 12), se localiza en la misma plaza de la localidad, está “blanqueado” con cal, y el segundo (Fig. 13) se halla en el número 15 en la calle del Horno. Parece ser que se trata de las armas de los Ximénez de Bagüés (quizás Ximénez de Ayerbe)20.
En casi todas las localidades del valle del Bajo Jiloca encontramos numerosos ejemplos de este tipo de blasones. Así en Villafeliche21 se halla el mayor número de ellos: en la actualidad se conservan diez (Figs. 14 a 23), todos ellos realizados en el mismo material que la piedra armera de Fuentes de Jiloca, el alabastro.
Figs. 12 y 13. Escudos realizados en alabastro de los Gutiérrez de Bernabé y de los Ximénez de Bagüés. Fuentes de Jiloca. Fotos Luisma García
Figs. 14, 15 y 16. Escudos en alabastro de los Mirasol y dos versiones de los Luna y Pomar. Villafeliche
Figs. 17, 18 y 19. Tres versiones del escudo de los Santa Cruz en alabastro. Villafeliche.
Figs. 20, 21 y 22. Escudos en alabastro de los Esteban, Lardiés y los Segovia. Villafeliche.
Fig. 23. Rama de los Segovia, alabastro. Villafeliche. Foto Luisma García. Torre Albarrana.
Fig. 24. Escudo en alabastro de los Ormad-Pérez de Bernabé. Montón de Jiloca.
Casi todos ellos se realizaron más o menos dentro de una cronología similar, entre las décadas centrales del siglo XVIII hasta las dos primeras del XIX y muestran exquisitas decoraciones barroca o rococó.
En Montón de Jiloca se conservan dos escudos relacionados con una de las familias hidalgas más importantes de las comarcas de Calatayud y Daroca, los Bernabé (Figs. 11 y 24), igualmente realizados en alabastro y en la segunda mitad del siglo XVIII.
En Velilla de Jiloca se conserva una piedra armera de alabastro fechada en 1792, cuya decoración rococó encaja con las de Villafeliche, Montón y Fuentes de Jiloca (Fig. 25).
En Maluenda quizá hubo muchos más pero en la actualidad se conserva cinco escudos (Fig. 26 a 30), de los cuales, Belén Boloqui ha estudiado los dos que se encuentran en la casa del Arco o casa de los Ciria (Figs. 29 y 30) que presenta las armas de los condes de Bureta. Boloqui sugiere que fueron elaborados en un taller de la zona hacia 1670 en alabastro de Fuentes de Jiloca22.
Fig. 25. Escudo nobiliario, alabastro. Velilla de Jiloca. Foto web Heráldica Aragonesa.
Figs. 26, 27 y 28. Escudos de alabastro de los Pérez de la Figuera, de los Albéniz (foto Luisma García) y de los Luna de Bivona (foto web Heráldica Aragonesa). Maluenda.
Figs. 29 y 30. Escudos en alabastro de la familia Ciria-Pérez de la Figuera unidos a las armas del segundo conde de Bureta, Matías Marín de Resende Francia y de Ciria. Maluenda. Fotos web Heráldica Aragonesa.
En Olvés se han localizado siete escudos, de los cuales seis están realizados en alabastro. En la torre de la iglesia, labrado en piedra caliza, encontramos el escudo con las armas del obispo Martín Terrer de Valenzuela fechado en 1633 (Fig. 31).
Lamentablemente el escudo de los Pérez de Bernabé (Fig. 36) desapareció del pueblo en el año 2012 cuando se derribó la casa en cuya fachada estaba colocado. Mejor suerte corrió el de de los Gómez de Bernabé que se trasladó a una construcción moderna de la localidad, ya que en el 2010 se derribó el espectacular palacio en el que se ubicaba.
Y para terminar, en Paracuellos de Jiloca, la última localidad del valle, sólo se conservan dos escudos. Uno de ellos, muy sencillo, realizado en caliza y el otro, de mayor calidad, ejecutado en torno al último cuarto del siglo XVIII en alabastro de Fuentes de Jiloca (Figs. 37 y 38).
Todos estos escudos que hemos relacionado corresponden a familias nobles, infanzones o eclesiásticos, pero la única piedra armera que se conoce, como blasón municipal, en todas estas localidades de la ribera del Jiloca es la de Fuentes de Jiloca, armas que como refleja en su informe Sancho Rocamora tienen que ver con su historia y es muy probable que fuese realizado con alabastro de sus canteras y en un taller de la propia localidad.
Fig. 31. Escudo en piedra caliza del obispo Martín Terrer. Olvés.
Figs. 32-33. Escudos en alabastro de los linajes García Herreros y de los Gómez de Bernabé (casa desaparecida y el escudo trasladado a un edificio de nueva construcción). Olvés.
Figs. 34 y 35. Escudo de la casa de los Pardos de Bernabé, a la izquierda, y escudo de los Torres, a la derecha, ambos en alabastro. Olvés.
Fig. 36. Escudo de la casa de los Pérez de Bernabé, arriba, en paradero desconocido. Escudo de Josef García Herreros, epíscopo de la Santa Cruzada, abajo; ambos en alabastro. Olvés.
Figs. 37 y 38. Escudos nobiliarios de Paracuellos de Jiloca, el de la izquierda de caliza y el de la derecha de alabastro con las armas de los Blasco de Tena.
Conclusiones
Casi todas las representaciones conservadas de escudos, tanto nobiliarios como de concejos, en la Comarca de Calatayud nos remontan hasta el siglo XVI, aunque tal y como apunta Sancho Rocamora podemos retroceder hasta el año 1383, momento en el cual se firmó una concordia entre el obispado de Tarazona y los concejos de la Comunidad de Calatayud, en la cual se autorizaba la colocación de estos emblemas en el interior de las iglesias23, algo que se tradujo en la reproducción de armas tanto nobiliarias como civiles en iglesias como las de Torralba de Ribota o de las Santas Justa y Rufina de Maluenda.
Pero fuera de las iglesias, como hemos podido comprobar, casi todos los escudos de alabastro conservados en las calles de los pueblos citados se realizaron en torno a las últimas décadas del siglo XVIII y la primera del XIX.
Esta eclosión de escudos en estas fechas parece que coincide, tal y como señala Juan José Martenea24, con una serie de ordenanzas y privilegios a estas clases sociales pero sobre todo con la ordenanza de 3 de noviembre de 1770 en la que Carlos III implantó las quintas por sorteo para la prestación del servicio militar obligatorio. En su artículo XVII textualmente se eximía a los hidalgos de este hecho:
en consideración a que los hijos-dalgo de estos reinos se han distinguido siempre en el amor y servicio de sus reyes, y a que la mayor parte de los oficiales y cadetes del Ejército se compone de individuos de esta clase: Declaro, que los hijos-dalgo han se ser esentos de el servicio de esta Ordenanza: y ademas declaro que quando la necesidad del Estado lo requiera, se presentarán voluntariamente, estimulados de su propio honor, me reservo hacer llamamiento de ellos.
Según Martinena, en el último cuarto del siglo XVIII, en muchas localidades navarras las calles se llenaron de escudos nobiliarios con la clara intención de justificar la hidalguía y evitar el servicio militar obligatorio25.
Quizá esta circunstancia fue la que se pudo producir en los pueblos del valle del Bajo Jiloca, donde casi todos los escudos que se conservan están realizados en esta época. Así la demanda de piedras armeras nos lleva a considerar la posibilidad de la existencia de un taller en Fuentes de Jiloca, donde era fácil extraer bolas de alabastro del tamaño adecuado para realizar este tipo de piezas, ya que es la población que posee las canteras donde se extrae el alabastro de mejor calidad de la zona y del tamaño suficiente para hacer los escudos en un solo bloque.
Recordemos que en siglo XVII Pedro Garayta tallaba pilas de alabastro y en la localidad hay todavía un pago, cerca de las canteras, conocido como la Torre Garayta y que entre los siglos XVII y XVIII, como veremos, en Fuentes de Jiloca se documentan varios escultores.
El primero fue Simón Ubau, nacido en esta localidad pero asentado en Zaragoza desde, al menos, 174026. El segundo fue Miguel Herber, quien hacia 1750 era vecino de Fuentes de Jiloca27. Herber trabajó como escultor en esta localidad al menos desde antes de 174428, fecha en la que el capítulo de la iglesia le pagaba la cantidad de 200 sueldos por la realización de la caja del órgano. El órgano fue realizado por el maestro Bartolomé Sánchez en 1731. Herber por toda la obra cobró 1.200 sueldos29.
Por aquellos años Miguel Herber trabajó en varios retablos, entre ellos el retablo mayor de Fuentelsaz, asociado con otro escultor vecino de Fuentes de Jiloca, Francisco Alambra30.
Es interesante como, hasta principios del siglo XX, el apellido Alambra estuvo presente en los libros parroquiales de la iglesia de la Asunción de Fuentes de Jiloca, por lo que no se descarta la posibilidad de que Francisco Alambra desarrollase su trabajo en el pueblo del que era vecino y que su taller tuviese continuidad, al menos, hasta la primera década del XIX, época en la que se talló el escudo del concejo de esta localidad, el que tiene grabada la fecha de ejecución en 1817.
El escudo del concejo de Fuentes de Jiloca es una pieza interesante, ya que en la Comarca de Calatayud son pocas las piedras armeras con las armas concejiles que se conservan, siendo las más abundantes las que corresponden a casas nobiliarias e infanzones en todos los pueblos del valle del Jiloca.
La fecha que aparece en la piedra armera de Fuentes coincide con el cambio de ubicación de la casa consistorial de la calle Bajera, 34, a la plaza Nueva31, o como se denominó más tarde, plaza de Isabel II.
Quizá el escudo de Fuentes de Jiloca sea uno de los últimos que se realizó allí, ya que a partir de estas fechas infanzones y nobles comenzaron a dejar de tener los beneficios señoriales, algo que se gestó en el reinado de Carlos IV cuando el monarca, el 24 de septiembre de 1798, autorizó la enajenación de las vinculaciones y mayorazgos; era el principio del fin de los privilegios de la nobleza.
Esta ordenanza fue corroborada en las Cortes de Cádiz, momento en el que los privilegios señoriales entraron definitivamente en un punto de no retorno con la ley de 1811 de abolición del régimen señorial, corroborada y ampliada en 1823 y puesta en marcha por Mendizábal y Madoz, en las que los señores perderían sus derechos y parte de sus posesiones32, por lo que ya no fue necesario ostentar las armas con el linaje del apellido en la puerta de la casa. Tal y como señala Corbera y Tobeña33, en la disposición del Real Decreto de 27 de enero de 1837 se recogía la demolición de escudos que recordaran a los antiguos señores feudales, por lo que además de dejar de ser necesarios muchos desaparecieron.
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MORTE GARCÍA, C., coordinadora. Usos artísticos del alabastro y procedencia del material. Actas I Congreso Internacional. Zaragoza: Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2018.
MUÑOZ GUTIÉRREZ, A. Fuentes de Jiloca en la guerra de los Pedros. En: Actas del III Encuentro de Estudios Bilbilitanos. Calatayud: Centro de Estudios Bilbilitanos, Institución Fernando el Católico, 1992, pp. 173-176.
RUBIO SEMPER, A. Estudio documental de las artes en la Comunidad de Calatayud durante el siglo XVII. Calatayud: Centro de Estudios Bilbilitanos, Institución Fernando el Católico, 1980.
SORO LÓPEZ, J. Dos momentos en la arquitectura renacentista de la comarca. En: I Jornadas de recuperación del patrimonio en la Comarca de Calatayud. Calatayud: Centro de Estudios Bilbilitanos, 1995.
Notas
1 Investigador independiente. cortesperruca@hotmail.com
2 GALINDO ORTIZ DE LANDAZURI, M. P, 1982, pp. 24-32. AZORÍN PONS, J. A. y MILLÁN GIL, J., 1989, pp. 27-31.
3 LARIO ROMEO, L., LOPE MARTÍNEZ, J. y MILLÁN GIL, J., 2005, p.71.
4 MONTERDE Y LÓPEZ DE ANSÓ, M., 1788 (fac. 1999), p. 83.
5 Ibidem, p. 84.
6 MORTE GARCÍA, C., 2018.
7 GISPER AGUILAR, J. y MUÑOZ DEL POZO. A., 2018, p. 141.
8 Libro de la Pecha Real y Vecinal de Fuentes de Xiloca, 1612-1613, p. 371. Archivo parroquial de Nuestra Señora de la Asunción Fuentes de Jiloca. En adelante (APNSAFJ).
9 Ibidem, 1614-1615, p. 442.
10 CORTÉS PERRUCA, J. L., 2018, pp. 341-450.
11 CANTOS MARTÍNEZ, O. y CRIADO MAINAR, J., 2011, p. 257.
12 BOLOQUI LARRAYA, B., 2016, pp. 581-604.
13 En la foto más antigua que se conserva del interior de la iglesia y que está fechada en 1917 ya no se ve esta pieza. Sobre esta claraboya ver SORO LÓPEZ, J., 1995, p. 91 y en MORTE GARCIA, C., 2018.
14 Sección Cultura y Patrimonio, 27.7Archivo Municipal de Fuentes de Jiloca, en adelante (AMFJ).
15 Rebeca Carretero realizó el estudio histórico artístico del retablo mayor fechándolo entre 1640 y 1644 y vinculándolo al taller de los bilbilitanos Pedro Virto y Bernardíno Vililla. CARRETERO CALVO, R., 2009, pp. 29-89. Con anterioridad se estudió por RUBIO SEMPER, A., 1980.
16 Sección Cultura y Patrimonio. 27.7 A MFJ y con anterioridad Alfredo Muñoz Gutiérrez en. MUÑOZ GUTIÉRREZ, A., 1992, pp. 173-176.
17 MARTÍNEZ DEL VILLAR, M., 1980, pp. 36-38.
18 MUÑOZ GUTIÉRREZ, A., 1992, p. 174.
19 MAÑAS BALLESTÍN, F., 1998.
20 Que las armas representadas en este escudo sean de la familia Ximénez de Bagüés es un dato que aporta GIMENO MATEO, P. J. en su web sobre heráldica aragonesa:
http://heraldicazaragoza.es.tl/COMUNIDAD-DE-CALATAYUD.htm . Consultada el 20/07/2022
Revisados los libros parroquiales no aparece ningún infanzón con ese apellido en la localidad, pero sí lo hace la familia Ximénez de Ayerbe a lo largo del siglo XVII.
21 Parte de la información sobre a qué familias corresponden las piedras armeras y algunas fotografías que han sido utilizadas para este artículo se han tomado en la página:
https://heraldicaragonesa.files.wordpress.com/2013/06/6feli1.jpg consultada el 21 de julio de 2022.
22 BOLOQUI LARRAYA, B., Escudo de alabastro en la balconada de la vera cruz (¿capilla?) de la casa del arco, ‘Casa Ciria’ en Maluenda, y Antonio Marín de Resende y Francia y María Ciria Beteta, primeros Condes de Cureta. Necesidad de una urgente. Intervención conservadora. En: Actas del IX Encuentro de Estudios Bilbilitanos. Calatayud: Centro de Estudios Bilbilitanos, Institución Fernando el Católico, 2016, pp. 605-617.
23 Sancho Rocamora hace referencia a una concordia firmada el 23 de mayo de 1386. Cultura y Patrimonio, 27.7. AMFJ.
24 MARTINENA RUIZ, J. J., 2017, pp. 30-37.
25 Ibidem.
26 ÁLVARO ZAMORA, M. I., 1993, pp. 349-368.
27 LASIERRA GÓMEZ, C., 2017.
28 APFJ. Documentación siglo XVIII. Caja 11.
29 Ibidem.
30 LASIERRA GÓMEZ, C., 2017, p. 14.
31 CORTÉS PERRUCA, J. L., 2021, p. 131.
32 LAFUENTE URIEN, A., 2009, p. 38, y en MELENDO POMARETA, J., 2007, p. 536.
33 CORVERA Y TOBEÑA, C. E., 2015, p. 439.