Editorial
DOI:
https://doi.org/10.47790/arsrenovatio.2022.00Resumen
Sale a la luz este nuevo número de Ars & Renovatio, ya el 10 (décimo año) de nuestra publicación.
En la sección de ESTUDIOS presentamos seis trabajos de gran interés, que abarcan desde finales del siglo XV al XVIII. El primero cronológicamente es escrito por el doctor Alberto Velasco González: “Un compartimento inédito del retablo de Villasandino (Burgos), obra del pintor Jorge Inglés”. Se trata de una aportación novedosa al catálogo del pintor activo hacia 1445-1485, una de las figuras clave del tardogótico castellano y que supone la incorporación de una obra más al exiguo catálogo de obras del maestro, integrado por muy pocos conjuntos.
En el siguiente estudio, “Tiziano: Honra, Amor y Verdad”, el doctor Juan Francisco Esteban Lorente, hace una nueva lectura del conocido lienzo del pintor italiano Amor sacro y Amor profano, basándose en el emblema Fidei symbolum de Andrea Alciato (1531). Después de su estudio, además del análisis iconográfico de alegorías y elementos simbólicos que pintó Tiziano, llega a la conclusión que el lienzo fue encargado por la noble y dos veces viuda Laura Bagarottolas.
La doctora Silvia Cazalla Canto, se ocupa de “La necedad humana cabalga en un caballo de caña”. A partir del análisis de un emblema del neerlandés Frans van Hoogstraten, en el que una niña juega en primer plano con el caballito, la autora recorre diversos escenarios europeos que giran en torno al símbolo del juguete y su significado, y nos acerca a una nueva forma de concebirlo en la cultura visual europea.
Las doctoras Carmen Morte García y Ester Casorrán Berges nos ofrecen un trabajo sobre “El ornato procesional de la Catedral-Basílica de Nuestra Señora del Pilar: las esculturas barrocas en plata de San José con el Niño y de San Joaquín con la Virgen Niña, obras de los orfebres Miguel Cubels y Fermín Garro”. Dan a conocer interesantes datos de la historia de ambas obras y de los artistas que intervinieron: Cubels, Garro y otros plateros que las ejecutaron según los modelos previos en los que se basaron, realizados por los pintores Juan Pérez Galbán y Jusepe Martínez, y el escultor Francisco Franco.
En el artículo sobre “Sebastián de Benavente y el VIII duque de Medinaceli, primer ministro de Carlos II”, el doctor Juan María Cruz Yábar, aborda el estudio del tabernáculo gigantesco y de precio exorbitado que serviría como altar mayor del monasterio de su patronato, Santa María la Real de Huerta, con traza y realización de Sebastián de Benavente. Una obra costeada por el VIII duque de Medinaceli, en su período como primer ministro de la monarquía (1680-1685), que emulaba el retablo de la Sagrada Forma de El Escorial, cuya autoría atribuye atribuye Cruz Yábar a Benavente.
Finalmente, el doctor Javier Baladrón Alonso en “La escultura vallisoletana a mediados del siglo XVIII: el maestro Juan López (1726-1801)”, se ocupa de esta interesante escuela escultórica que no ha tenido nunca la misma repercusión que la de la centuria previa gracias a la inconmensurable figura de Gregorio Fernández. Juan López es uno de los maestros más desconocidos de los talleres escultóricos vallisoletanos de la decimoctava centuria y en este estudio se realiza una apurada biografía suya.
La sección de VARIA también se ordena diacrónicamente y se centra en dos interesantes estudios de la EDAD MODERNA. En el primero de Ana José Braña Albillo, “Los retratos infantiles de Isabel II y Carlos Luis de Borbón: la imagen al servicio de la legitimidad al Trono Español”, se analizan las imágenes regias entre los retratos realizados por Vicente López (1772-1850) a Carlos Luis de Borbón y Braganza (1818-1861), hijo del infante Carlos María Isidro, como heredero al trono de España, y posteriormente a M.ª Luisa Isabel (Isabel II), primogénita de Fernando VII y heredera después de la promulgación de la Pragmática Sanción.
El segundo trabajo de José Luis Cortés Perruca, “El alabastro de Fuentes de Jiloca y su uso en la heráldica del valle del Bajo Jiloca”, trata de inventariar los escudos nobiliarios que se conservan en los pueblos del valle del río Jiloca, un patrimonio cultural que en algunos casos corre peligro de desaparecer. El alabastro extraído de las canteras de Fuentes de Jiloca tuvo como destino la realización de portadas, esculturas, pilas bautismales, pilas de agua bendita, laudas sepulcrales, exquisitas claraboyas pintadas al óleo y, sobre todo, escudos o piedras armeras.
En cuanto a la sección de NOTICIAS DOCUMENTALES HISTÓRICO-ARTÍSTICAS, los dos estudios ofrecen destacados datos inéditos del siglo XVII y de comienzos del XX. En el primero, “Fuentes documentales para el estudio de las esculturas barrocas en plata de San José con el Niño y de San Joaquín con la Virgen Niña, de la catedral-basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza”, la investigación de las doctoras Ester Casorrán Berges y Carmen Morte García, en los fondos documentales del Archivo Capitular de Nuestra Señora del Pilar, de Zaragoza, tuvo como resultado localizar una serie de importantes documentos que se transcriben por primera vez y sirvieron de punto de partida para abordar el estudio sobre ambos conjuntos escultóricos.
En el segundo artículo, la doctora Pilar Bosqued Lacambra se ocupa del “Diarium del viaje de Adolf Fäh en 1906 al Monasterio de Piedra”. Se transcriben y traducen las notas que dejó escritas Adolf Fäh en su Diarium sobre el paisaje, el parque jardín de Piedra, los textiles litúrgicos, la arquitectura o las obras de arte. Fäh, bibliotecario de la abadía suiza de San Galo, viajó en 1906 a Zaragoza, desde donde se desplazó hasta Calatayud y al Monasterio de Piedra.
Carmen Morte García
Zaragoza, 22 de noviembre de 2022